¿Cuáles son las consecuencias para alumnos y profesores?
Los seres humanos no muestran ningún efecto de habituación al ruido. Al contrario, el ruido se percibe como más y más estresante a medida que aumenta la edad. Los efectos de niveles de ruido elevados son drásticos: la capacidad de concentración de los niños disminuye considerablemente.
El desarrollo del habla, especialmente en los niños más pequeños, puede verse afectado de forma significativa. Se ha demostrado que una acústica deficiente repercute negativamente en la inteligibilidad del habla, lo que puede ser muy problemático para los niños más pequeños.
Los niños que se sientan más atrás en el aula suelen malinterpretar las palabras. Si no entienden correctamente sonidos o palabras sueltas, sus limitadas capacidades lingüísticas les dificultan completarlas de forma independiente. Esto significa que, a diferencia de los adultos, a los niños les resulta difícil entender frases enteras cuando hay mucho ruido de fondo. Los niños con dificultades de aprendizaje o problemas de concentración, así como los niños cuya lengua materna no es el alemán, tienen por tanto especiales dificultades en entornos ruidosos. Por ello, una buena acústica en el aula es especialmente importante para este grupo de niños.
- Los estudios demuestran que el rendimiento de niños y profesores en aulas ruidosas se reduce hasta en un 25%.
- La concentración y la receptividad se resienten con niveles altos de ruido
- Los niveles altos de ruido también tienen un efecto negativo en los profesores. La moral baja y la falta de motivación afectan a la organización de las clases y pueden incluso provocar absentismo por enfermedad.